<< Las ilusiones perdidas son hojas, desprendidas del árbol
del corazón. >>
-José de Espronceda-.
A la caza de las ilusiones perdidas, mentalmente,
te tengo en un recodo guardado
de mis silencios.
Soy minúsculo.
De la parte más delgada del cerebro.
Pero tú estas ahí.
En un silencio.
Lleno.
De todo.
No hay día tras día,
que mi piel no recuerde tus caricias o las noches
que perdí sin acariciarte.
Soledades.
En las sombras de un cuarto oscuro.
Tú, conmigo.
Pero yo, sin ti… ¡besando el aire!
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