TORMENTA DE VERANO
¡Como cruje! el silencio de la encina
cuando el viento se ahorca entre sus ramas.
Un presagio de voces y proclamas
en la tarde-que dobla ya su esquina-
anunciando imprimir en la retina
el funesto cortejo de unas damas
-plañideras de mil y un melodramas-
que amedrantan a gente campesina.
Imponente la tierra ofrece el lecho
para hartazgo de rayos y aguaceros.
Encrespada, la sierra incita al trueno
redoblando su voz. Roto y maltrecho,
el riachuelo enfila otros senderos.
...Y el poniente, se impregna de veneno.
( "Sarmientos" 1995)
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