CIELOS ARTIFICIALES
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
HANS CHRISTIAN ANDERSEN
Las lágrimas mueren invisibles
cuando las ahoga el reflejo del oro
y el terrible estómago insaciable
absorbe las entrañas de la inocencia.
El arte tiene la música
del caer de las monedas
y el verdadero aroma
de las flores
yace enterrado
en pozos sin fondos.
Una luna de neón brilla
en cielos artificiales
y los caminos de la gloria
terminan en horribles precipicios.
Y ahí se encuentran
el principio y el fin.
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