Y te llamas Bea.
Nombre que esconde
Un sueño de eternidad
Cuendo mi vientre era un lago
donde los cisnes blancos
aquietaban su hermosura.
Una lágrima vertida
al silencio de la noche
transformó en canción
el silencio de mi cuerpo
Hablan los montes
hasta donde los árboles
transportan el mensaje
de un milagro hecho carne.
Y te llamas Bea
por las laderas encendidas
de una juventud que se extingue
y resurge hecha vida
en la vida nueva
que renueva la existencia.
Y te llamas Bea
reclamo de dioses
tu sombra de luna
el temblor de tus labios
volcán preconiza
y del corazón, ceniza,
de tu irresistible encanto.
Y porque trocaste en felicidad
mi llanto
hoy, que de belleza y misterio,
te vistes
Mi alma de madre te bendice
tus dieciocho primaveras
allí donde grabé con orgullo
que te llamas Bea.
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